Antes de guardar todo lo de Navidad le dije a Maricela que me tomara una foto junto a estos dos pinitos dorados. Mientras la tomaba imagine que caminaba por un bosque con árboles escarchados con polvo de oro, un bosque lleno de luz porque los granitos de polvo dorado destellan luminosamente con la luz del sol. En ese bosque me encontré un amigo raro, una tortuga muy grosera que me saca la lengua y hace caras, es un poco antipática pero hasta ahora es el único amigo que he encontrado en esta casa. Tal vez mañana me tomo una foto con él.
Sean felices.
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